Un jugador se pone en el papel de domador de unos bichos. Toma una carta, mira qué animales hay dibujados y golpea la mesa y palmea varia veces. A partir de este «código» de ruidos, los otros jugadores deben intentar descubrir qué tipo de animal hay dibujado en la carta y cuántos de ellos. El primer jugador que lo descubra gana la carta. Al final de la partida, el jugador que haya conseguido más cartas será el ganador y se convertirá en el mejor domador de bichos.